EVOLUCIÓN Y PRODUCCIÓN DE LA UVA:
Cambio de localización del viñedo:
Antes el viñedo ocupaba suelos marginales, poco profundos, en ladera, pedregosos y pobres. Ahora la vid ocupa suelos más profundos, más fértiles y con más capacidad productiva.
Es probablemente unos de los cambios más importantes que se han producido en nuestra viticultura en los últimos 30 años, y probablemente el que más impacto negativo ha podido tener respecto al aumento del vigor, de la producción y de los problemas fitosanitarios.
Utilización de clones más productivos:
No tiene nada que ver el material vegetal que utilizaron nuestros abuelos en la plantación de sus viñas con el que nosotros utilizamos ahora, ni en fertilidad, ni en tamaño del racimo, ni en tamaño de la baya...
Son necesarias nuevas selecciones clonales con otros objetivos:
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Más calidad
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Más acidez
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Más precursores aromáticos.
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Menor tamaño del racimo y de la baya, etc.
También este aspecto ha tenido un gran impacto en la calidad de nuestras uvas, hemos plantado auténticas máquinas de producir, que unido al cambio de localización del viñedo, ha provocado auténticos problemas de sobreproducción en el viñedo.
Disminución del número de variedades cultivadas:
En 1912 existían unas 44 variedades de vid. En el año 2000, llegamos a cultivar sólo 7 variedades, de las que únicamente tres suponían más del 96% de nuestro viñedo.
Es lo que se conoce como Erosión genética:
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Cada vez hay menos variedades cultivadas
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Plantamos todos las mismas
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Plantamos además un pequeño Nº de clones
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Nos hemos dejado perder la mayor parte de las vides salvajes .
En el mundo hay registradas 6.152 variedades de vid en 35 países vitivinícolas.
De todas ellas 4.020 variedades tienen nombre distinto.
Eliminando las sinonimias podemos hablar de unas 2.000 variedades diferentes en el mundo
En España hay registradas unas 700. Eliminando sinonimias consideramos que hay unas 200 variedades diferentes.
El rejuvenecimiento del viñedo y la desaparición del viñedo viejo:
Este aspecto es quizás uno de los más preocupantes de nuestra viticultura, sobre todo por la dificultad de dar marcha atrás, es decir cuando se arranca un viñedo con 100 años, ya ninguno lo vamos a volver a ver con los mismos 100 años.
Se han empezado, por fin, a subvencionar el mantenimiento del viñedo viejo de más de 50 años, pero también es cierto que se siguen concediendo planes de reconversión de viñedo.
El viñedo viejo es un factor de calidad: tiene en general menor producción, menor vigor, un mejor equilibrio hormonal y sobre todo más reservas de almidón en raíces y tronco que permite completar la maduración en años difíciles.