Sus adaptaciones se dividen en:
Tamaño de la uva :
El aumento de tamaño es debido a la acumulación de agua intracelular en la planta.
El riego y las precipitaciones en este periodo ayudan a aumentar el tamaño y el peso.
Sin embargo, una lluvia excesiva diluye los compuestos interesantes de la uva que se están a uva: Si las precipitaciones son ligeras o moderada formando (lo que se traduce en una uva de menor calidad) e incluso puede producir problemas de pudrición en los racimos.
Aumento del contenido en azúcares:
El contenido en azúcar se traduce en el vino en contenido en alcohol etílico: Por cada 17 gramos de azúcar se producirá durante la fermentación alcohólica un grado de alcohol.
La uva antes del verano es tremendamente ácida; durante este periodo los valores disminuyen hasta situarse en torno a 4-6 g/l de acidez.
Los veranos poco soleados, más propios de países del norte de Europa, favorecen una mayor acidez que los veranos secos y calurosos. Los coeficientes de maduración que relacionan la acidez y la concentración en azúcares son de los más usados para determinar el momento óptimo de maduración y el inicio de la vendimia.
Modificación del color
Pasa de verde (gran cantidad de clorofila) al color típico de la variedad, tonos amarillentos si es blanca y rojizos o amoratados si es tinta.
La mayor parte de las sustancias coloreadas de la uva se encuentran situadas en el hollejo.
Son importantes para esto las condiciones climáticas:
Hace falta mucho sol, sí, pero no calor excesivo.
Es importante que llueva ligeramente, pero nada más.
Es muy importante para la síntesis de sustancias aromáticas de calidad y de agradable percepción en boca, el que la diferencia de temperaturas entre el día y la noche sea amplia, es decir, días soleados y no excesivamente calurosos y noches frescas.